Ordené a mi pareja que me hiciera sexo oral mientras él gemía

En un bar, se daba la orden tabú.El hombre instruyó a su pareja a que le hiciera el sexo oral, todo mientras soltaba gemidos de placer.El acto fue intenso, una cruda muestra de deseo y sumisión.El hombre se recostó, sus piernas se extendían ampliamente, pues su pareja cumplía con afán la petición.La vista de él gimiendo mientras recibía placer oral era un espectáculo para contemplar.El placer del hombre era evidente en sus gemidos, cada uno un testimonio de las exquisitas sensaciones que estaba experimentando.El acto era un testimonio del poder del deseo y la emoción de la sumisión.Los gemidos del hombre resonaban en la barra, una clara indicación del placer que estaba sintiendo.La visión de él, indefenso por las gargantas del placer, era un espectáculo que quedaría grabado en la mente de todos.El acto eran una clara demostración del deseo crudo y sin filtros que existe entre dos personas.Los gimidos de los hombres eran una clara indicación de placer que él estaba sintiendo, un testimonio de la habilidad de su pareja.