Mi esposa me domina con un strap-on y me satisface con sexo anal

En un giro tentador del juego de roles, mi esposa profundiza en el mundo de la dominación femenina.Pone un strap-on, transformándose en la fuerza dominante que anhelo.La vista de ella, enfundada en cuero y usando su arma fálica, me estremece por la columna.Cuando toma el control, me rindo a su mando, sucumbiendo al placer de su dominio.Cada embestida es un testimonio de su poder, cada movimiento me acerca al borde.El strap-on un símbolo de su autoridad, penetra mi trasero, estirándome a nuevas alturas de éxtasis.La vista, la sensación de ella, y el sonido de sus gemidos haciendo eco en la habitación, todos contribuyen a una intoxicante mezcla de placer y dolor. A medida que el clímax se acerca, no puedo evitar preguntarme si esto es lo que se siente al ser dominado por una mujer.La respuesta, como resulta, es un rotundo sí.Este es un mundo donde los roles se invierten, donde la dinámica de poder se redefine, y donde el placer no conoce límites.Y en este mundo, yo no soy más que un participante dispuesto, entregándose a su dominio, buscando la satisfacción de su penetración anal.