Juguetonamente solté mi toalla en el repartidor y le ofrezco un encuentro memorable

Me quedé recostada en mi sillón, bascándome en la calidez del sol de la tarde, cuando me sobresaltó un golpe en la puerta.Dejé caer juguetonamente mi toalla, dejando ver mi amplio pecho, e invité al repartidor a entrar.Sus ojos se abrieron sorprendidos al ver mi voluptuosa figura, y pude ver las ganas que humedecían en sus ojos.Le burlé, haciéndole saber que estaba más que dispuesta a ofrecerle un memorable encuentro.Al llegar a su paquete, aproveché para llevarlo a mi boca, dándole una probada de mi dulce y rubio coño.El repartido, ahora completamente excitado, no perdió tiempo en explorar mi cuerpo, sus manos acariciaban mis curvas mientras hundía su palpitante miembro profundamente dentro de mí.Nuestro apasionado encuentro continuó, con él complaciendo mis grandes y deliciosas tetas mientras le daba otra ronda de mi experta mamada.Finalmente, ambos llegamos al pico de placer, nuestros cuerpos se entrelazaron en un torbellino de éxtasis.